jueves, 21 de octubre de 2010

Una aldea medieval cerca del Obelisco



Una pintoresca aldea medieval, recreada en el partido de La Matanza, es la llamativa característica de Campanópolis , en González Catán .
La ciudadela llama la atención con su plaza central y decenas de construcciones eclécticas. Fue construida a tamaño natural por Antonio Campana durante más de veinte años. Su hijo Oscar cuenta que, acosado por una enfermedad, su padre dio rienda suelta a su sueño y construyó la aldea con materiales reciclados, sin conocimientos de ingeniería ni de arquitectura, con ideas propias y un librito de Disney.
Campana compró las 208 ha en 1977, pero recién en 1985 comenzó a ensamblar los objetos que conseguía en remates o en la calle. Ese trabajo (al que dedicaba 16 horas por día) se nota en los detalles que conforman Campanópolis: escaleras, faroles, puertas, baldosas, rejas, arañas, lajas, relojes, tejas, butacas de cine, tablones de la cancha de Argentinos Juniors, un mástil del Regimiento 3 de Infantería y 24 columnas que rescató de las Galerías Pacífico antes de su remodelación.
A medida que uno camina por las callejuelas adoquinadas que bien podrían haber servido para filmar “Shakespeare apasionado”, las sensaciones afloran y se contradicen, porque este lugar es tan mágico como bizarro. Cada construcción tiene su particularidad, aunque ninguna está amueblada. Sin embargo, los museos están abarrotados de objetos: el de la Madera reúne barandas, tablas de lavar, hormas de zapatos, poleas, columnas talladas a mano; en el del Hierro se exhiben rejas, arañas, máquinas de escribir y herramientas; y el de los Caireles atesora monedas antiguas, estatuas y esculturas de porcelana.
El bosque forestado por su creador esconde Las doce casitas, hechas con piedras, escoria de fundición y ladrillos refractarios. La Casa Disney, luce banderitas sobre las torres. Caminando por el predio, se llega al río Matanza y su confluencia con el arroyo Morales. En 1536 se habría realizado en ese punto uno de los primeros desembarcos de Pedro de Mendoza. La historia también se codea con Campanópolis en La Casa Vieja, una matera de 1840 que perteneció a Juan Manuel de Rosas, la única construcción que encontró Campana cuando compró estas tierras.
Campanópolis no está abierto al público regularmente. Este paseo sólo se puede realizar una vez al mes, cuando se organiza una jornada especial, en la que participan personajes vestidos de época. Romanos, vikingos, combates de gladiadores, artesanías, comidas y bebidas típicas de la Edad Media transportan a los visitantes. En el complejo se organizan eventos sociales –como cumpleaños, casamientos, reuniones educativas y corporativas– y ofrece visitas guiadas, paseos en bicicleta, 4x4 y camión, avistajes de flora y fauna, arquería y juegos medievales.

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